domingo, 1 de junio de 2014

ISLANDIA- Reykjavik

El impronunciable nombre de la capital islandesa significa “bahía humeante”, un nombre muy apropiado debido a la gran cantidad de géiseres que hay en los alrededores. Reykjavik o Reikiavikes la ciudad más septentrional del mundo, debido a ello, durante el invierno solo recibe cuatro horas de luz solar y durante el verano el día se extiende muchas horas desplazando a la noche casi por completo. Pesé a latitud de Islandia, las temperaturas suelen ser más cálidas de lo que muchos piensan, y el paisaje es muy verde, tanto que siempre he pensado que debería intercambiar nombre con la vecina Greenland más helada y nevada a pesar de su nombre.



Reykjavik es una ciudad pacífica de anchas calles y cuantiosas zonas ajardinadas que dan la bienvenida con múltiples actividades a sus visitantes durante el verano. Aquí, podrás librarte de la contaminación, el stress, el ruido o el tráfico; palabras que los islandeses parecen desconocer. El ambiente de Reykjavik es más bien rural y sus gentes conservan esa ingenuidad y amabilidad de una Europa de otro tiempo.

Durante un paseo por el casco antiguo de Reykjavik, es la Catedral y la nueva iglesia o Hallgrímskirkja. Esta última es sin dudarlo, la estructura más llamativa de la ciudad desde su construcción en 1986, debido a su forma de montaña de lava basáltica. No dejen de subir a la torre, pues desde la altura de 75m., se puede ver todo la ciudad y sus alrededores.


Además de los museos de la ciudad universitaria, otro sitio importante por visitar es Vestmannaeyjar o Mývatn donde podrán disfrutar de documentales locales donde se exhiben tomas de las erupciones volcánicas que han sucedido en Islandia. Estos documentales dan una excelente información de cómo se vive en tierras volcánicas la amenaza que supone y lo que los pobladores de estos parajes han hecho para sobrevivir durante tantos años. Otra excepcional experiencia es la que ofrece el Museo Folclórico de Arbaer, donde se pueden visitar varias casas antiguas construidas al estilo tradicional islandés, una iglesia rural y una granja de techos de turba y pasto.

La aurora boreal es uno de los mayores espectáculos de la naturaleza de Islandia. Los mejores momentos para admirarla son las noches claras entre septiembre y abril.




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